Hemos respondido a esta llama que arde en nuestro corazón no sólo por el deseo de vivir en su compañía y de dedicar a Él toda nuestra existencia sino también para que otros conozcan su Amor, se sepan por Él amados y vivan en Él.
Caminamos entre el agua y el fuego, entre la contemplación y la acción concreta de comunicar lo que en ella vivimos. Contemplata aliis tradere, estas son palabras significativas que la tradición mendicante acuñó para sí. "Transmitir a los otros lo contemplado". En ellas quedan dibujadas las direcciones y sentido de nuestra vida.
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